El gato gris se aprestaba a dar el zaspazo a la torcaza.
La torcaza aterrada rogó para sus adentros.
-¡Dios de los pájaros, salvame la vida, librame del gato!
En una fracción de segundo, la torcaza se transformó en gato y el gato en torcaza.
A continuación, el gato mató a la torcaza.
Es un tema para reflexionar, pero creo en verdad que quizas todos somos torcazas y que en un momento dado de la vida podemos convertirnos en ese gato.Néstor
ResponderEliminaryo creo que todos somos torcazas y que en algunos casos necesarios nos convertimos en gatos. Ayelén
ResponderEliminar