sábado, 21 de marzo de 2009

¿Qué es un trauma emocional?

Un trauma emocional es una situación que golpea la estructura emocional de una persona de manera que podríamos decir que provoca un temblor de diverso grado o, definitivamente, una ruptura si es que la intensidad del trauma es tal que lleva al quiebre. Podríamos hablar metafóricamente en este sentido de temblores, terremotos y tsunamis.
La respuesta emocional al trauma en el momento mismo en que ocurre puede ser de varios tipos. Puede haber reacciones angustiosas, de miedo, de tristeza, de consternación, de impotencia, de congelamiento; en fin, la forma como se reacciona agudamente a un trauma depende tanto de las características del hecho como de las características de la persona misma.
He aquí un tema. El de la respuesta emocional aguda a una situación traumática. Mas, hay otro tema que ha ido cobrando cada vez mayor importancia, y es el de la respuesta emocional después de que el trauma ha pasado, en el período posterior a su ocurrencia. Hay un grupo de personas que cuando ya ha sucedido la situación traumática la pueden dejar atrás sin que quede secuela ni huella alguna. Pero hay otros en los que aparece una serie de síntomas emocionales, como si quedase una especie de “réplica”, usando el lenguaje sismográfico, o como si el sistema emocional fuese incapaz de equilibrarse del todo después del impacto que ha significado la situación traumática. Estos síntomas aparecen hasta seis meses después que ha sucedido el trauma, y a menos de que se les ponga atención, en muchos casos suelen pasar inadvertidos.
Entre los síntomas mencionados los hay de diverso tipo. Algunos de ellos representan una especie de hiperactivación del sistema emocional, como si este hubiese quedado en hiperalerta, o como si no pudiese volver a relajarse del todo como ocurría normalmente. De cierta manera, son síntomas que reflejan una especie de miedo ante la posibilidad de que la situación vuelva a presentarse.
Entre estos síntomas están el volver a recordar sin querer una y otra vez el hecho, el pensar excesivamente en él, el soñar repetidamente con el suceso, y la sensación de estar reviviéndolo continuamente. Quien haya chocado yendo en un vehículo sabrá de esto: muchas personas no pueden evitar el recuerdo recurrente y el miedo asociado, más aún cuando se exponen de nuevo a manejar o ir en un auto.
Recuerdo un paciente que iba en un bus interprovincial cuando éste atropelló a una persona. Después del impacto inicial, se olvidó del asunto. Un tiempo después debió pasar por el mismo lugar, y al acercarse a él notó, antes de recordar que ese era el lugar del accidente, que sentía palpitaciones y una inconfortable sensación de inquietud. No hizo caso del cuadro con lo cual éste progresó, y un tiempo después, cuando tenía que volver a la zona en cuestión, se veía obligado a dar largos rodeos por caminos laterales para evitar pasar por allí. Pudo regresar en bus solo después de recibir el tratamiento apropiado.
Hay también otros síntomas emocionales post-traumáticos. Entre ellos hay algunos que podrían verse como una especie de claudicación o un agotamiento del aparato emocional del individuo cuando el cuadro se ha prolongado. En estas condiciones comienza a aparecer una restricción de la vida social y afectiva, un cierto desapego, una pérdida global del interés por el mundo circundante, los cuales muchas veces se acompañan de dificultades para conciliar o mantener el sueño, de problemas de concentración y de respuestas exageradas de sobresalto.
Toda la sintomatología descrita configura un cuadro que en la Siquiatría actual se denomina de Estrés Post Traumático.
Quizás sea bueno, dado el mundo que estamos viviendo, saber que este cuadro existe, que tiene particularidades de persona a persona, y que, por suerte, tiene un tratamiento que en un alto porcentaje de casos, tiene resultado exitoso.
Dr. Luis Risco Médico siquiatra
http://kathyazul.wordpress.com/2008/11/08/despues-de-un-trauma-emocional/

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