sábado, 29 de septiembre de 2012

CÓMO EMPEZARON ESOS "YO SOY"

    Los antecedentes a los "Yo soy" caen en dos categorías. El primer tipo de etiquetas o clasificaciones procede de la demás gente. Te las colocaron cuando eras niño y las has llevado contigo desde entonces. Las otras etiquetas son el resultado de una elección de tu parte para evitar tener que hacer cosas incomodas o difíciles.
La primera categoría es la mas corriente. La pequeña Hope está en segundo grado. Va a clases de pintura todos los días, feliz de jugar con los colores y pintar. Su profesora le dice que no tiene mucha facilidad para la pintura, y ella empieza a faltar a las clases porque no le gusta que la censuren. Y al poco tiempo ya tiene un principio de "Yo soy": Yo soy bastante mala para la pintura. Y si sigue actuando de forma negativa al respecto, evitando las ocasiones de pintar, reforzará este concepto y más tarde, cuando sea mayor y le pregunten por qué no dibuja, dirá: "Oh, no sirvo para eso; siempre he sido así". La mayoría de los "Yo soy" son residuos de frases como: "Él es bastante torpe; su hermano es bueno para la gimnasia, él es el estudioso de la familia,". O "Eres igual a mí; yo también era pésima para la gramática". O "Billy fue siempre el tímido del grupo". O "Ella es igual a su padre; si acierta una nota es como el burro que toca la flauta por casualidad,".Estos son los derechos innatos de una vida entera de "Yo soy" que nunca se discuten. Que se aceptan simplemente como una condición natural de la vida.
Habla un día con la gente que tú crees responsable de muchos de los "Yo soy" de tu vida (tus padres, viejos amigos de la familia, antiguos profesores, abuelos, etc.). Pregúntales por qué creen que te volviste como eres y si has sido siempre así. Diles que estás decidido a cambiar y comprueba si creen que eres capaz. Sin duda te sorprenderán sus interpretaciones y el hecho de que piensen que no puedes ser de otra manera puesto que "Siempre has sido así",.
    La segunda categoría de "Yo soy" tuvo su origen en esos rótulos tan apropiados que aprendiste a colocarte a ti mismo para dejar de hacer las cosas que no te gustan. Yo he tratado a un paciente que tiene cuarenta y seis años y tiene muchos deseos de ir a la Universidad, pues perdió la oportunidad de hacerlo en su juventud a causa de la Segunda Guerra Mundial.
Pero a Horace le asusta la perspectiva de entrar en competencia con gente joven recién salida del colegio. El miedo al fracaso y las dudas que tiene respecto a su capacidad intelectual lo espantan. A menudo estudia catálogos de distintas universidades, y con la ayuda que ha recibido en su tratamiento ha pasado los exámenes de admisión y ha concertado una entrevista con uno de los miembros del Comité de Admisión de una universidad local. Pero aún usa sus "Yo soy" para evitar incorporarse activamente a los estudios. Justifica su actitud diciendo: "Soy demasiado viejo; no soy suficientemente inteligente; no me interesa realmente". (Yo soy... demasiado viejo; Yo soy... poco inteligente...; Yo soy de los que no se interesan realmente por esas cosas.)
Horace usa sus "Yo soy" para dejar de hacer algo que realmente quiere hacer. Uno de mis colegas los usa para liberarse de las tareas que no le divierten. Evita tener que arreglar el timbre, o la radio, o hacer cualquiera de esas incómodas tareas caseras, recordándole simplemente a su esposa que: "Pero querida, si tú ya lo sabes, a mí no se me dan bien estas cosas",. Este tipo de "Yo soy" entra dentro de los comportamientos acomodables, pero no por eso dejan de ser excusas engañosas. En vez de decir: "Encuentro que este tipo de actividad es aburrida y sin interés, y escojo no trabajar en ella en mis momentos presentes" (lo que es perfectamente lógico y saludable), resulta mucho mas fácil sacar un "Yo soy," del bolsillo.
En estos casos, la gente está diciendo algo respecto a sí misma. Está declarando que "Yo soy un producto acabado en este sector y nunca voy a ser distinto". Si eres un producto acabado, atado y encasillado, quiere decir que has dejado de crecer, y si por un lado quieres aferrarte a algunos "Yo soy", puede que descubras que muchos otros te limitan y que son autodestructivos.
Más adelante he anotado una lista de etiquetas que son reliquias del pasado. Si reconoces alguna de ellas como tuya, puede que quieras cambiarla. El quedarte exactamente como eres en cualquier sector de tu vida equivale a tomar una de esas decisiones que se parecen a esa muerte de la que hablamos en el Capítulo 1. No te olvides de que no se trata de las cosas que simplemente no te gustan, sino más bien de echar una mirada al comportamiento que te aleja de actividades que podrían proporcionarte mucho placer y fascinación.

de  TUS ZONAS ERRÓNEAS DE WAYNE DYER 

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