Recuerda que todas las cosas están conectadas. Todas las
cosas tienen propósito.
Considera rendir un “obsequio” distribuyendo tus posesiones a
otros que están en necesidad.
Estás atado a tus palabras, las cuales no pueden
romperse a no ser con el permiso de aquellos a los que se les prometió.
Busca armonía y equilibrio en todas las cosas. Siempre es
importante recordar dónde estás en relación a todo lo demás y contribuir al
Círculo de cualquier manera que puedas, siendo un “ayudante” y protector de la
vida.
Compartir es la mejor parte de recibir.
Ejerce silencio y paciencia en todas las cosas, como un reflejo de auto-control, resistencia, dignidad, reverencia, y calma interna. Ejerce modestia en todas las cosas, evitando fanfarroneo y comportamiento llamativo que atraiga atención hacia ti mismo.
Conoce las cosas que contribuyen a tu bienestar, y aquellas
cosas que conducen a tu destrucción.
Siempre pide permiso, y da algo por todo lo que es recibido,
incluyendo agradecer, y honrar todas las cosas vivientes.
Sé consciente de lo que está a tu alrededor, de lo que está dentro de ti, y siempre muestra respeto. Trata con respeto a cada persona, desde el niño más pequeño hasta el anciano más viejo. No mires fijamente a otros; baja tu mirada como una señal de respeto, especialmente en presencia de Ancianos, maestros, u otras personas honradas. Siempre da una señal de bienvenida cuando pase un amigo o un extraño. Nunca critiques o hables sobre alguien de una forma negativa perjudicial.
Nunca toques sin permiso algo que le pertenezca a alguien más. Respeta la privacidad de cada persona, asegurándote de nunca inmiscuirte en los momentos tranquilos o en el espacio personal de alguien.
Sé consciente de lo que está a tu alrededor, de lo que está dentro de ti, y siempre muestra respeto. Trata con respeto a cada persona, desde el niño más pequeño hasta el anciano más viejo. No mires fijamente a otros; baja tu mirada como una señal de respeto, especialmente en presencia de Ancianos, maestros, u otras personas honradas. Siempre da una señal de bienvenida cuando pase un amigo o un extraño. Nunca critiques o hables sobre alguien de una forma negativa perjudicial.
Nunca toques sin permiso algo que le pertenezca a alguien más. Respeta la privacidad de cada persona, asegurándote de nunca inmiscuirte en los momentos tranquilos o en el espacio personal de alguien.
Nunca interfieras en los asuntos de otro haciendo preguntas u
ofreciendo consejos.
Nunca interrumpas a otros. En el hogar de otras personas,
sigue sus costumbres más que las tuyas.
Trata con respeto a todas las cosas sagradas de otros, ya sea
si las entiendas o no.
Trata a la Tierra como tu madre; entrégale, protégela, hónrala; muestra profundo respeto por aquellos del mundo animal, mundo de las plantas, y mundo mineral. Escucha la orientación ofrecida por todo tu entorno; espera que esta orientación venga en forma de oración, sueños, soledad silenciosa, y en palabras y hechos de Ancianos sabios, y amigos. Escucha con tu corazón.
Aprende de tus experiencias, y siempre sé abierto a las nuevas. Siempre recuerda que una sonrisa es algo sagrado, para ser compartido. Vive cada día cuando llegue.