miércoles, 29 de agosto de 2012

Las Máximas de Paulo Freire

-La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.
-Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.
-Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado.
-Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos.
-Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo.
-Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando.
-Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad.
-Enseñar exige saber escuchar.
-Nadie es, si se prohíbe que otros sean.
-La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.
-No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión.
-Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
-Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada -para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa.
-El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación.
-El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas
-Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos.
-Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre
-La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados «ignorantes» son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una «cultura del silencio».
-Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra.
-Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concienciación.
-La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la HUMANIZACIÓN del hombre.

lunes, 27 de agosto de 2012

Había una vez un muñeco de sal de Leonardo Boff


«Había una vez un muñeco de sal. Después de peregrinar por tierras áridas llegó a descubrir el mar que nunca antes había visto y por eso no conseguía comprenderlo.

El muñeco de sal le preguntó: «¿Tú quien eres?»                      

Y el mar le respondió: «Soy el mar».                                          

El muñeco de sal volvió preguntar: «¿Pero qué es el mar?» 

Y el mar contesto: «Soy yo». 

«No entiendo», dijo el muñeco de sal, «pero me gustaría mucho entenderte. ¿Qué puedo hacer?» 

El mar simplemente le dijo: «Tócame».

Entonces el muñeco de sal, tímidamente, tocó el mar con la punta de los dedos del pie y notó que aquello empezaba a ser comprensible, pero luego se dio cuenta de que habían desaparecido las puntas de los pies. 

«¡ Uy, mar, mira lo que me hiciste!» 

Y el mar le respondió: «Tú me diste algo de ti y yo te di comprensión. Tienes que darte todo para comprenderme todo». 

Y el muñeco de sal comenzó a entrar lentamente mar adentro, despacio y solemne, como quien va a hacer la cosa más importante de su vida. A medida que iba entrando, iba también diluyéndose y comprendiendo cada vez más al mar. 

El muñeco de sal seguía preguntando: «Qué es el mar?». Hasta que una ola lo cubrió por entero. 

En el último momento, antes de diluirse en el mar, todavía pudo decir: «Soy yo.Yo soy el mar".»


Se desapegó de todo y ganó todo: el verdadero yo.



Leonardo BoffTeólogo, filósofo, escritor, profesor, ecologista brasileño. (nace en ConcordiaBrasil17 de diciembre de 1938).

Soy uno como vos